¿Por qué no se debe desperdiciar el semen y cuáles son las ventajas de hacer el amor múltiples veces sin eyacular?
Todos los hombres han conocido o conocerán el sentimiento de desolación que sigue a la eyaculación. Es decir, esa impresión brutal de haber perdido todo su interés por la pareja.
Después de la eyaculación la mayoría de los hombres se sienten literalmente rendidos, sobre todo si eyaculan a menudo. Eyaculando menos veces el hombre guardará su vigor y su fuerza y su salud mejorará. Además podrá hacer el amor con su pareja durante más tiempo y más a menudo.
Un hombre que sea capaz de controlar perfectamente su eyaculación podrá dar mayor placer a la mujer, al prolongar el acto sexual tanto como ella necesite.
A propósito de este tema, recordemos el diálogo entre el Emperador HOUANG-TI Y SOU-NUG:
Houang-Ti: Yo quiero aprender cual es la ventaja de realizar el acto sexual sin eyacular.
Sou-Nug: Si un hombre realiza el acto sexual sin eyacular fortalecerá su cuerpo. Si lo realiza dos veces su oído será fino y su vista aguda. Si lo hace tres veces todas las enfermedades desaparecerán. Con cuatro veces gozará de paz de espíritu. Con cinco veces su corazón y su circulación mejorarán. Con seis veces sus riñones se robustecerán. Con siete veces sus nalgas y sus piernas ganarán en potencia. Con ocho veces su hígado estará totalmente depurado. Con nueve veces alcanzará la longevidad. Con diez veces será como inmortal.
Seguro que este antiguo texto resulta exagerado, pero el mensaje del fondo es claro: hacer el acto sexual sin eyacular revigorizará su cuerpo y su mente.
En resumen, es importante para el hombre saber controlar perfectamente su eyaculación por dos motivos:
Retendrá su energía y podrá vivir mejor y más tiempo.
Proporcionará mayor placer a la mujer por la prolongación del acto sexual. Este motivo es extremadamente importante ya que la mayoría de los problemas sexuales de la pareja son debidos a una falta de sincronización entre el hombre y la mujer, pues normalmente el hombre llega al orgasmo mucho antes que la mujer.
Según los consejos de Sou-Nug, todo hombre debe regular la emisión de esperma en función de la cantidad de energía vital que puede acumular. Un hombre muy joven de constitución robusta puede eyacular dos veces por día, mientras que si su constitución es más débil quedará limitado a una sola vez. Un hombre de treinta años podrá eyacular una vez por día, pero si su constitución es débil sólo podrá hacerlo una vez cada dos días. Un hombre de unos cuarenta años puede eyacular una vez cada tres días, y si su constitución es débil sólo podrá eyacular una vez cada cuatro días.
Estas técnicas provienen de los escritos del filósofo chino Wou-Hien:
Es recomendable no estar demasiado excitado ni animado.
El novel se debe iniciar con una mujer que no sea demasiado seductora y que su vulva no sea demasiado estrecha.
Se debe aprender a penetrar con suavidad la vagina y a salir de manera brusca.
Primero se practicará la técnica de los tres golpes suaves y uno profundo, hasta un total de 81 veces.
Si se siente muy excitado, deberá retirar el pene de la vagina a una distancia de unos tres centímetros aproximadamente. Una vez restablecida la calma, se procederá de nuevo siguiendo el mismo ritmo de antes.
Superada la fase se puede probar la siguiente, aumentando la cantidad de golpes suaves a cinco antes del profundo.
Al final la cantidad se puede aumentar hasta nueve golpes suaves y uno profundo.
Para controlar la eyaculación se debe descartar cualquier impaciencia.
Es verdad que hay que amar a la pareja si desea conocer el más exquisito de los placeres. Pero quien quiera aprender a controlar la eyaculación deber poner en práctica las técnicas anteriormente descritas procurando en todo momento tener la cabeza fría.
El novel deber iniciarse con dulzura y lentitud. Ir practicando y aumentando la duración de las penetraciones, parando siempre que el grado de excitación aumente lo suficiente como para producir la eyaculación.
Si desea satisfacer a su pareja deberá mostrarse dulce y tierno, de forma que alcance el orgasmo, pero siempre teniendo en cuenta que si se siente fuera de control deber parar y practicar el método de bloqueo.
Método de bloqueo
El más simple y muy eficaz a la vez, es el empleado en la Antigua China.
Practicar el método de bloqueo es como intentar frenar al Río Amarillo con la mano. Normalmente a un hombre impaciente le tomará más de veinte días de práctica el aprenderlo, sin embargo, 10 días le bastarán a un hombre menos impetuoso. Lo cierto es que después de practicar durante un mes estas técnicas usted no dilapidará más su esperma.
La gran ventaja de este método es su facilidad de utilización. Por ejemplo, mientras que se está llevando a cabo una serie de tres golpes superficiales y uno profundo, el hombre puede cerrar los ojos y la boca y respirar profundamente sin forzar la nariz, de forma que no jadee. En el momento en el que se sienta desbordado por la sensación de eyaculación deber sacar el pene de la vagina y reposar. Respirar profundamente elevando el diafragma y al mismo tiempo contraer el bajo vientre como si estuviera buscando alivio. Si además se mentaliza de la importancia de conservar su esperma, encontrará rápidamente la calma. Después de esta pausa, será posible empezar de nuevo.
Un aspecto a tener en cuenta que no debe olvidar es retirar el pene siempre antes de que sea demasiado tarde y empiece a eyacular. Si llegara al punto de que el semen empezara a salir no intente hacerlo retroceder, pues iría parar a la vejiga y de ahí podría pasar a los riñones y provocar una infección de los mismos.
En resumen, el método de bloqueo es excelente pero hay que controlar el pene a tiempo antes de que sea demasiado tarde. El hombre que aprenda a controlar su eyaculación podrá disfrutar y su pene no perderá nunca su firmeza. De esta forma podrá economizar su energía y conseguir una serenidad remarcable. Se aconseja no eyacular antes de cinco mil penetraciones, y en realidad con un buen control y una buena práctica podría continuar casi indefinidamente.
Técnica de la presión
En el momento en que el hombre siente como aumenta su grado de excitación sexual, puede aplicar el método de presión, consistente en utilizar los dedos índice y pulgar de la mano, ejerciendo una presión en un punto situado entre el escroto y el ano durante 4 o 5 segundos. Al mismo tiempo debe inspirar profundamente.
Este método presenta las siguientes ventajas:
El hombre no está obligado a retirar el pene de la vagina.
No existirá tiempo muerto alguno en la comunicación sexual de la pareja.
El hombre no está obligado a tener que advertir a la mujer.
Técnica del apretón
Mediante esta técnica se aprende a controlar el reflejo eyaculatorio.
Con una práctica regular un hombre es capaz de seguir excitado más tiempo sin eyacular. Si no tienes problemas de eyaculación esta técnica es recomendable para postergar el orgasmo.
El hombre se masturba hasta que esté a punto de eyacular.
En ese momento se aprieta firmemente el pene, con el pulgar y dos dedos hasta que la erección remita.
Reanuda la masturbación, aplicando el mismo método siempre que crea que la eyaculación es inminente.
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Estas caricias son el equivalente oriental de la terapia de "enfoque sensitivo" de Master & Johnson (una serie de ejercicios destinados a demorar el placer sexual). Se divide en cinco fases que pueden llevarse a cabo en un periodo de dos días. Para sacar el máximo provecho es recomendable practicar cada fase varias veces.
Primera fase
Acariciaros uno a otro con movimientos circulares; después de arriba abajo. Tras acariciarse suavemente durante 15 minutos, un descanso; después repetiremos otros 15 minutos. Tras un descanso, ese mismo día, repetiremos el ejercicio durante 30 minutos. No se deben acariciar los pechos ni los genitales durante esta fase.
Segunda fase
Juntos en silencio, nos tumbamos en la postura de las cucharas. Disfrutando de la proximidad de los cuerpos, pero sin efectuar el coito. Si esta postura se hace demasiado tentadora, nos colócaremos frente a frente.
Tercera fase
Al día siguiente de haber completado los movimientos básicos, pasaremos a las caricias en los senos y los genitales. Efectuando ligeros movimientos circulares, acercando primero las manos una hacia otra y separándolas después.
Cuarta fase
Moveremos las manos hacia arriba desde debajo de los genitales de nuestra pareja. Recorriendo toda la longitud del pene o la elevación de la vulva. Continuaremos este masaje durante una hora; después haremos una pausa de cinco minutos.
Quinta fase
Tras descansar, nos tumbaremos con la mujer encima y el pene dentro de la vagina, sin movernos. Mantendremos esta postura; si él tiene una erección, deberemos esperar hasta que remita. Debemos concentrarnos en todo momento en lo que está sintiendo nuestra pareja.
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La mujer se situa encima de su pareja, dejando sus rodillas a ambos lados del pecho de su compañero. Empezará situandose erguida, para pasar a recostarse hacia atrás. Él hombre puede controlar el apoyo de la mujer levantando las rodillas para que sean utilizadas por ella como respaldo. Al tener las manos libres, ella puede estimularse el clítoris con las manos. Postura de penetración profunda.
El se tumbará boca arriba. Aquí la mujer se sienta sobre el pene de su compañero, frente a él y con ambas piernas junto a los hombros (o incluso encima de ellos) mientras se apoya sobre sus manos. De esta manera le resulta fácil controlar el ritmo del coito. Durante el acto el hombre puede echarse hacia atrás de manera que el pene haga presión contra el punto G en la pared superior de la vagina. Ella puede presionar con sus piernas a su compañero.
El hombre se tumba boca arriba con las rodillas levantadas. La mujer se sentará a horcajadas sobre su compañero inclinándose sobre sus muslos y piernas. De esta forma él tiene las nalgas y la espalda de su compañera al alcance. Ella puede inclinarse hacia adelante apoyándose en las piernas de él y estimular a su compañero mediante caricias en la parte interior de los muslos.
La mujer se tumba mirando a su compañero, la pierna izquierda del hombre queda por fuera de la pierna izquierda de su compañera. También es posible que ambos mantengan las piernas rectas. Se llama "las tijeras" porque la cabeza y los hombros del hombre descansan a un lado de los de su compañera, y de esta forma, entre los dos forman la silueta de unas tijeras. Él puede, en esta postura apretar sus muslos contra su pareja, mientras ella puede acceder a toda la zona de la espalda de su pareja para acariciarla.
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Todos los hombres han conocido o conocerán el sentimiento de desolación que sigue a la eyaculación. Es decir, esa impresión brutal de haber perdido todo su interés por la pareja.
Después de la eyaculación la mayoría de los hombres se sienten literalmente rendidos, sobre todo si eyaculan a menudo. Eyaculando menos veces el hombre guardará su vigor y su fuerza y su salud mejorará. Además podrá hacer el amor con su pareja durante más tiempo y más a menudo.
Un hombre que sea capaz de controlar perfectamente su eyaculación podrá dar mayor placer a la mujer, al prolongar el acto sexual tanto como ella necesite.
A propósito de este tema, recordemos el diálogo entre el Emperador HOUANG-TI Y SOU-NUG:
Houang-Ti: Yo quiero aprender cual es la ventaja de realizar el acto sexual sin eyacular.
Sou-Nug: Si un hombre realiza el acto sexual sin eyacular fortalecerá su cuerpo. Si lo realiza dos veces su oído será fino y su vista aguda. Si lo hace tres veces todas las enfermedades desaparecerán. Con cuatro veces gozará de paz de espíritu. Con cinco veces su corazón y su circulación mejorarán. Con seis veces sus riñones se robustecerán. Con siete veces sus nalgas y sus piernas ganarán en potencia. Con ocho veces su hígado estará totalmente depurado. Con nueve veces alcanzará la longevidad. Con diez veces será como inmortal.
Seguro que este antiguo texto resulta exagerado, pero el mensaje del fondo es claro: hacer el acto sexual sin eyacular revigorizará su cuerpo y su mente.
En resumen, es importante para el hombre saber controlar perfectamente su eyaculación por dos motivos:
Retendrá su energía y podrá vivir mejor y más tiempo.
Proporcionará mayor placer a la mujer por la prolongación del acto sexual. Este motivo es extremadamente importante ya que la mayoría de los problemas sexuales de la pareja son debidos a una falta de sincronización entre el hombre y la mujer, pues normalmente el hombre llega al orgasmo mucho antes que la mujer.
Según los consejos de Sou-Nug, todo hombre debe regular la emisión de esperma en función de la cantidad de energía vital que puede acumular. Un hombre muy joven de constitución robusta puede eyacular dos veces por día, mientras que si su constitución es más débil quedará limitado a una sola vez. Un hombre de treinta años podrá eyacular una vez por día, pero si su constitución es débil sólo podrá hacerlo una vez cada dos días. Un hombre de unos cuarenta años puede eyacular una vez cada tres días, y si su constitución es débil sólo podrá eyacular una vez cada cuatro días.
Estas técnicas provienen de los escritos del filósofo chino Wou-Hien:
Es recomendable no estar demasiado excitado ni animado.
El novel se debe iniciar con una mujer que no sea demasiado seductora y que su vulva no sea demasiado estrecha.
Se debe aprender a penetrar con suavidad la vagina y a salir de manera brusca.
Primero se practicará la técnica de los tres golpes suaves y uno profundo, hasta un total de 81 veces.
Si se siente muy excitado, deberá retirar el pene de la vagina a una distancia de unos tres centímetros aproximadamente. Una vez restablecida la calma, se procederá de nuevo siguiendo el mismo ritmo de antes.
Superada la fase se puede probar la siguiente, aumentando la cantidad de golpes suaves a cinco antes del profundo.
Al final la cantidad se puede aumentar hasta nueve golpes suaves y uno profundo.
Para controlar la eyaculación se debe descartar cualquier impaciencia.
Es verdad que hay que amar a la pareja si desea conocer el más exquisito de los placeres. Pero quien quiera aprender a controlar la eyaculación deber poner en práctica las técnicas anteriormente descritas procurando en todo momento tener la cabeza fría.
El novel deber iniciarse con dulzura y lentitud. Ir practicando y aumentando la duración de las penetraciones, parando siempre que el grado de excitación aumente lo suficiente como para producir la eyaculación.
Si desea satisfacer a su pareja deberá mostrarse dulce y tierno, de forma que alcance el orgasmo, pero siempre teniendo en cuenta que si se siente fuera de control deber parar y practicar el método de bloqueo.
Método de bloqueo
El más simple y muy eficaz a la vez, es el empleado en la Antigua China.
Practicar el método de bloqueo es como intentar frenar al Río Amarillo con la mano. Normalmente a un hombre impaciente le tomará más de veinte días de práctica el aprenderlo, sin embargo, 10 días le bastarán a un hombre menos impetuoso. Lo cierto es que después de practicar durante un mes estas técnicas usted no dilapidará más su esperma.
La gran ventaja de este método es su facilidad de utilización. Por ejemplo, mientras que se está llevando a cabo una serie de tres golpes superficiales y uno profundo, el hombre puede cerrar los ojos y la boca y respirar profundamente sin forzar la nariz, de forma que no jadee. En el momento en el que se sienta desbordado por la sensación de eyaculación deber sacar el pene de la vagina y reposar. Respirar profundamente elevando el diafragma y al mismo tiempo contraer el bajo vientre como si estuviera buscando alivio. Si además se mentaliza de la importancia de conservar su esperma, encontrará rápidamente la calma. Después de esta pausa, será posible empezar de nuevo.
Un aspecto a tener en cuenta que no debe olvidar es retirar el pene siempre antes de que sea demasiado tarde y empiece a eyacular. Si llegara al punto de que el semen empezara a salir no intente hacerlo retroceder, pues iría parar a la vejiga y de ahí podría pasar a los riñones y provocar una infección de los mismos.
En resumen, el método de bloqueo es excelente pero hay que controlar el pene a tiempo antes de que sea demasiado tarde. El hombre que aprenda a controlar su eyaculación podrá disfrutar y su pene no perderá nunca su firmeza. De esta forma podrá economizar su energía y conseguir una serenidad remarcable. Se aconseja no eyacular antes de cinco mil penetraciones, y en realidad con un buen control y una buena práctica podría continuar casi indefinidamente.
Técnica de la presión
En el momento en que el hombre siente como aumenta su grado de excitación sexual, puede aplicar el método de presión, consistente en utilizar los dedos índice y pulgar de la mano, ejerciendo una presión en un punto situado entre el escroto y el ano durante 4 o 5 segundos. Al mismo tiempo debe inspirar profundamente.
Este método presenta las siguientes ventajas:
El hombre no está obligado a retirar el pene de la vagina.
No existirá tiempo muerto alguno en la comunicación sexual de la pareja.
El hombre no está obligado a tener que advertir a la mujer.
Técnica del apretón
Mediante esta técnica se aprende a controlar el reflejo eyaculatorio.
Con una práctica regular un hombre es capaz de seguir excitado más tiempo sin eyacular. Si no tienes problemas de eyaculación esta técnica es recomendable para postergar el orgasmo.
El hombre se masturba hasta que esté a punto de eyacular.
En ese momento se aprieta firmemente el pene, con el pulgar y dos dedos hasta que la erección remita.
Reanuda la masturbación, aplicando el mismo método siempre que crea que la eyaculación es inminente.
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Estas caricias son el equivalente oriental de la terapia de "enfoque sensitivo" de Master & Johnson (una serie de ejercicios destinados a demorar el placer sexual). Se divide en cinco fases que pueden llevarse a cabo en un periodo de dos días. Para sacar el máximo provecho es recomendable practicar cada fase varias veces.
Primera fase
Acariciaros uno a otro con movimientos circulares; después de arriba abajo. Tras acariciarse suavemente durante 15 minutos, un descanso; después repetiremos otros 15 minutos. Tras un descanso, ese mismo día, repetiremos el ejercicio durante 30 minutos. No se deben acariciar los pechos ni los genitales durante esta fase.
Segunda fase
Juntos en silencio, nos tumbamos en la postura de las cucharas. Disfrutando de la proximidad de los cuerpos, pero sin efectuar el coito. Si esta postura se hace demasiado tentadora, nos colócaremos frente a frente.
Tercera fase
Al día siguiente de haber completado los movimientos básicos, pasaremos a las caricias en los senos y los genitales. Efectuando ligeros movimientos circulares, acercando primero las manos una hacia otra y separándolas después.
Cuarta fase
Moveremos las manos hacia arriba desde debajo de los genitales de nuestra pareja. Recorriendo toda la longitud del pene o la elevación de la vulva. Continuaremos este masaje durante una hora; después haremos una pausa de cinco minutos.
Quinta fase
Tras descansar, nos tumbaremos con la mujer encima y el pene dentro de la vagina, sin movernos. Mantendremos esta postura; si él tiene una erección, deberemos esperar hasta que remita. Debemos concentrarnos en todo momento en lo que está sintiendo nuestra pareja.
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La mujer se situa encima de su pareja, dejando sus rodillas a ambos lados del pecho de su compañero. Empezará situandose erguida, para pasar a recostarse hacia atrás. Él hombre puede controlar el apoyo de la mujer levantando las rodillas para que sean utilizadas por ella como respaldo. Al tener las manos libres, ella puede estimularse el clítoris con las manos. Postura de penetración profunda.
El se tumbará boca arriba. Aquí la mujer se sienta sobre el pene de su compañero, frente a él y con ambas piernas junto a los hombros (o incluso encima de ellos) mientras se apoya sobre sus manos. De esta manera le resulta fácil controlar el ritmo del coito. Durante el acto el hombre puede echarse hacia atrás de manera que el pene haga presión contra el punto G en la pared superior de la vagina. Ella puede presionar con sus piernas a su compañero.
El hombre se tumba boca arriba con las rodillas levantadas. La mujer se sentará a horcajadas sobre su compañero inclinándose sobre sus muslos y piernas. De esta forma él tiene las nalgas y la espalda de su compañera al alcance. Ella puede inclinarse hacia adelante apoyándose en las piernas de él y estimular a su compañero mediante caricias en la parte interior de los muslos.
La mujer se tumba mirando a su compañero, la pierna izquierda del hombre queda por fuera de la pierna izquierda de su compañera. También es posible que ambos mantengan las piernas rectas. Se llama "las tijeras" porque la cabeza y los hombros del hombre descansan a un lado de los de su compañera, y de esta forma, entre los dos forman la silueta de unas tijeras. Él puede, en esta postura apretar sus muslos contra su pareja, mientras ella puede acceder a toda la zona de la espalda de su pareja para acariciarla.
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